Si una persona
tarda una hora en realizar una tarea, ¿cuánto tardarían dos? La respuesta
matemática sería: “30 minutos”. Pero cuando se trabaja en equipo, los
esfuerzos de los miembros se potencian, disminuyendo el tiempo de acción y
aumentando la eficacia de los resultados.
Esta forma de
trabajar, en la que todos los participantes son responsables de las metas, es
la más asertiva para cualquier tipo de organización. Esto no sólo porque es más
fácil cumplir con los objetivos; sino también porque es la mejor manera de
retener talento y fomentar un clima laboral envidiable. Por ejemplo, Richard Branson, creador del imperio Virgin, siempre habla de
“nosotros” en sus posts y comunicados; como gran líder sabe que dos cabezas
piensan mejor que una
No importa el
giro ni el tamaño de tu empresa, puedes implementar esta estrategia exitosamente.
A continuación te comparto algunos consejos para dejar de operar en grupos o
por individuos y empezar a crear equipos que funcionen como una orquesta:
1. Construye
confianza. La confianza es
el elemento principal del trabajo en equipo. Impulsa un ambiente donde todos
los participantes conozcan las habilidades de los demás, entiendan sus roles y
sepan cómo ayudarse mutuamente
2. Establece
objetivos comunes. Para que tus
empleados trabajen en equipo deben perseguir las mismas metas. Por ello, es
importante que comuniques la misión de la empresa de manera uniforme y que
definas cómo cada miembro y departamento puede contribuir a cumplirla
3. Crea un
sentido de pertenencia. Los
seres humanos necesitamos sentirnos parte de algo; por eso, el factor más
poderoso en la creación de equipos es el desarrollo de una identidad común.
Define qué identifica a tus equipos, fija valores y haz que cada miembro esté
conciente de su impacto en el equipo
4. Involucra a
tu gente en las decisiones. Nada
afecta más un trabajo en equipo que el hecho de que las decisiones sean tomadas
por un líder autócrata. Para evitarlo, impulsa la generación de ideas, abre tu
mente y motiva a cada empleado a compartir su opinión. Si tienes esta
retroalimentación, será más fácil implementar cualquier cambio o estrategia.
5. Haz que haya
un entendimiento entre las partes. Es
muy fácil criticar o subestimar el trabajo de los demás cuando uno no lo conoce
o no lo ha ejecutado. Para crear empatía entre tus trabajadores, realiza
ejercicios de rotación entre áreas. Así cada miembro sabrá en qué consiste la
labor del otro y cómo puede contribuir a hacerlo mejor.
6. Motiva la
responsabilidad y el compromiso mutuo. Cuando una persona es parte de un equipo, sabe que
los logros o fracasos son responsabilidad de todos y cada uno de los miembros.
No fomentes la mentalidad de “éste no es mi problema”; haz que los problemas y
los aciertos sean compartidos
7. Impulsa la
comunicación. La única manera
de que todos los miembros trabajen como una orquesta es que existan los canales
de comunicación adecuados. Los verdaderos equipos se escuchan y retroalimentan.
Están dispuestos a cambiar de opinión y a crear estrategias en conjunto.
8. Aprovecha la
diversidad. Un equipo de
trabajo homogéneo puede operar con eficiencia pero sin mucha innovación. Al
momento de crear tus equipos procura que haya personalidades e intereses
distintos, pero que se compartan valores y un compromiso con la empresa
9. Celebra los
éxitos grupales. Aunque es
importante también reconocer el trabajo individual, es clave que las
recompensas se den por resultados en equipo. Cuando algo sale bien, reúne a
todos los implicados y agradéceles su trabajo. Procura destacar el papel de
cada uno, pero celebrar el resultado grupal
10. Sé un líder. Todo equipo de trabajo
necesita un líder que guíe y reúna los esfuerzos individuales. No te “laves las
manos” y sé parte del equipo. Como líder tendrás que llegar a consensos y tomar
decisiones, con base en las ideas y opiniones de tu equipo.
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