Todos hemos oído hablar de la adicción a sustancias, la
tolerancia y el síndrome de abstinencia. ¿Pero qué significan exactamente esos
términos?
De forma genérica se entiende que el trastorno por adicción
a sustancias se aplica a todas aquellas sustancias que introducidas en el
organismo afectan o alteran el estado de ánimo y la conducta. Entre ellas,
podemos encontrar drogas legales como el alcohol o el tabaco, o sustancias
ilegales como el cannabis, cocaína, LSD, etc.
Hoy en día tenemos datos impactantes acerca de la
prevalencia del consumo de sustancias psicoactivas. Por encima de los 15 años,
el 91% de la población ha consumido alcohol y un 64% tabaco. Es aun más
preocupante si observamos el consumo de sustancias entre los 14 y 18 años: un
66% ha consumido alcohol en el último mes y 37% tabaco.
Algunos aspectos claves para entender por qué se produce la
adicción a sustancias son los procesos de tolerancia y abstinencia. Ambos están
muy vinculados entre sí, ya que se dan por la respuesta compensatoria del
cuerpo. Pero antes de explicar esto, necesitamos entender qué ocurre en nuestro
cerebro cuando consumimos una droga.
Consumo de sustancias y el sistema de recompensa
La mayoría de las sustancias psicoactivas están altamente
relacionadas con el sistema de recompensa del cerebro y la dopamina. La
dopamina es un neurotransmisor que se libera cuando realizamos conductas
deseables, y su función es que estas sean reforzadas para repetirlas en un
futuro. Básicamente, la dopamina es el “premio” que nos otorga el cuerpo en
forma de placer por hacer algo que le parece bien.
Las drogas provocan o incluso llegan a simular la liberación
de dopamina en nuestro sistema de recompensa. Algunas como el alcohol lo hacen
a través de mecanismos indirectos y otras como las anfetaminas tienen una
composición química similar y actúan como dopamina.
Esta liberación falsa al consumir drogas provoca que se
active nuestro sistema de recompensa. Un conjunto de mecanismos que permite la
asociación de ciertas situaciones con una sensación de placer. De este modo,
nuestro cerebro piensa que el consumo es beneficioso para el cuerpo, a pesar de
que en realidad sea perjudicial.
Ahora bien, esas grandes descargas de “dopamina falsa”
también provocan un desequilibrio fuerte en la homeostasis del
individuo. Lo que lleva al cuerpo a activar sus mecanismos regulatorios
para solucionar ese desfase. Siento esto último lo que causa la tolerancia y el
síndrome de abstinencia, procesos que explicamos a continuación.
La tolerancia y el síndrome de abstinencia en la adicción a
sustancias
Los mecanismos regulatorios de nuestro cuerpo para evitar
que se produzca un desequilibrio interno modulan la química cerebral. El
consumo de sustancias es un ejemplo donde sucede esto. Veamos en qué consiste.
Imagina que cada sábado sales de fiesta y te tomas unas
cuantas copas de cualquier bebida alcohólica. Como el alcohol es una droga que
simula a las endorfinas, tu sistema opioide endógeno estará hiperactivado, lo
que generará una liberación de dopaminas y una sensación gratificante. Lo que
sucede es que si repites esta conducta tu cuerpo aprende lo que vas a hacer y
genera una respuesta compensatoria.
En este momento es donde entra la tolerancia a las drogas.
El próximo sábado que vuelvas a salir, tu cerebro como ya sabe que vas a
consumir alcohol y que eso provocará un desequilibrio, bajará los niveles
basales de endorfinas. Esto provocará que tu sistema opioide endógeno se
deprima, pero tras la toma de alcohol volverá a la normalidad. Tu sensación
subjetiva será que el alcohol no te provoca ningún efecto, y tendrás que beber
más para compensar la bajada compensatoria debido a la tolerancia.
Ahora bien, ¿qué ocurre si de repente dejas el alcohol?¿qué
sucede con esa respuesta compensatoria? A pesar de que hayas disminuido el
consumo o eliminado, la respuesta compensatoria se sigue dando. Si volvemos al
ejemplo anterior, cuando sales un sábado sin intención de tomar alcohol, el cerebro
pensará que sí, ya que es lo que tiene aprendido. Por lo tanto tu nivel de
endorfinas caerá estrepitosamente y al no verse compensado por la ingesta de
alcohol, te provocará una ansiedad elevada. Esto es lo que se conoce como
síndrome de abstinencia.
Conclusión
La presencia de tolerancia y síndrome de abstinencia son
síntomas inequívocos de un trastorno por adicción a sustancias. Ya que si
empieza aparecer tolerancia, también existirá abstinencia al dejar de
consumir. Además, la aparición del síndrome de abstinencia suele llevar al
consumo de la sustancia, para reducir la ansiedad que provoca. Hay que tener en
cuenta estos mecanismos biológicos, para entender los procesos de adicción a
sustancias.
El trastorno por adicción a sustancias se trata de un
problema de salud global. Es necesario entender que causa multitud de problemas
sociales, laborales, personales y de salud. Además, si queremos mejorar la
calidad de vida de las personas es imprescindible dar a conocer los mecanismos
de acción de la drogas para hacer consciente a la población de los riesgos que
conlleva su consumo.
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