Una familia permisiva es aquella que se caracteriza por ser
sobreprotectora, poco exigente y extremadamente abocada a cumplir todos y cada
uno de los deseos de los hijos.
Generalmente, los padres permisivos tienen dificultades por
negar cosas a sus hijos, bien sea por temor a perder su cariño, o por
considerar negativo convertirse en un referente de disciplina.
Estas actitudes permisivas tienden a generar en los hijos
dificultades en su vida adulta. En algunos casos pueden desarrollar
personalidades débiles, con poca disposición a reconocer sus propias fallas y
con manifestaciones conflictivas con relación a sus entornos.
Sin embargo, no todas las características de las familias
permisivas son negativas. Algunos estudiosos han rescatado como elemento
positivo, por ejemplo, el hecho de dar importancia a las inquietudes de los
hijos, y también establecen que los hijos pueden sentirse capaces si sienten la
confianza de poder cumplir con sus objetivos.
Asimismo, también se resalta la importancia de complementar
esa generación de autoconfianza con la comprensión de que es natural que
existan objetivos inaccesibles, y que el hecho de vivir en sociedad implica que
se debe aprender a convivir con otras personas con maneras de pensar distintas.
Características de las familias permisivas
Ceden ante todo
Los padres de una familia permisiva suelen complacer todas
las exigencias de los hijos, sin importar si es conveniente o no cumplir con
dichos deseos.
En muchos casos, la motivación de complacer a los hijos
viene como consecuencia de evitar situaciones conflictivas o incómodas, o de
querer generar un espacio absolutamente protegido.
No exigen responsabilidades
Los padres permisivos no asignan ningún tipo de
responsabilidad a sus hijos. Esta ausencia de responsabilidades incluye tanto
el ámbito personal como familiar.
Entonces, los hijos asumen que no tienen obligaciones ante
ningún escenario ni ante otras personas, debido a que nunca han tenido la
necesidad de cumplir con compromisos impuestos por sus protectores.
Justifican el mal comportamiento
Cuando los hijos actúan de mala manera, reaccionan con
groserías o proceden con soberbia, los padres permisivos tienden a justificar
este tipo de actitudes.
Los padres permisivos pueden justificar dichos
comportamientos argumentando cualquier excusa, que puede ir desde el estado de
ánimo temporal del hijo, hasta reconocer que tenía razones concretas para la
mala conducta manifestada.
No ejercen disciplina
Los padres permisivos no desean ser vistos por sus hijos
como figuras de autoridad. Por lo tanto, no los disciplinan correctamente, e
incluso pueden llegar a mantener una relación de sumisión, sometiéndose a los
deseos de sus hijos.
Una tendencia de los padres permisivos es evitar llamar la
atención de los hijos cuando éstos presentan un mal comportamiento; en vez de
eso, permiten dicho comportamiento.
Aspectos positivos de las familias permisivas
Brindan apoyo emocional
Una de las características de las familias permisivas es que
brindan apoyo emocional a sus hijos. Generan empatía con las inquietudes y
preocupaciones de los hijos, y tratan de ser un soporte en este sentido.
Puede considerarse un elemento positivo querer generar las
mejores condiciones de vida para los hijos, y parte de este deseo implica
reconocer sus emociones y comprender sus sentimientos.
Toman en cuenta las aspiraciones de los hijos
Dado que los padres permisivos desean lo mejor para sus
hijos, dan mucha importancia a conocer sus anhelos, y a actuar en función de
que ellos puedan cumplir con dichos anhelos.
Los padres permisivos desean conocer los deseos y las
aspiraciones de sus hijos, entenderlas y permitir que puedan vivir esas
experiencias que tanto ansían.
Los hijos pueden tener alta autoestima
Algunos estudios han arrojado que los hijos de familias
permisivas pueden desarrollar bastante confianza en ellos mismos y, por ende,
una alta autoestima.
Dado que los padres se vuelcan en reconocer los sentimientos
de sus hijos, éstos crecen considerando que sus inquietudes son importantes,
por lo que pueden llegar a tener una buena imagen de sí mismos.
Consecuencias en los hijos de familias permisivas
Actitud egoísta
Los padres permisivos permiten que los hijos hagan todo
aquello que desean, sin ningún tipo de filtro. Por ello, los hijos tienden a
dar más importancia a sus propios intereses que a los de las personas que les
rodean.
Al haber sido criados por un entorno que superpone sus
deseos por encima de los del resto de las personas, los hijos de padres
permisivos aprenden a enfatizar sus propias necesidades y actuar en función de
éstas.
Baja tolerancia
Los hijos de familias permisivas están acostumbrados a
obtener lo que quieren. Por lo tanto, cuando se encuentran con personas que
piensan distinto a ellos, o con situaciones que contradicen aquello que ellos
piensan, muestran muy poca tolerancia.
En general, demuestran muy poco reconocimiento hacia las
otras personas, especialmente si piensan distinto.
Poca resistencia a la frustración
Los hijos de padres permisivos crecen con la idea de que
siempre podrán lograr sus objetivos, sean cuales sean. Por lo tanto, suelen
mostrar muy poco autocontrol cuando no consiguen alguna meta trazada.
Se frustran muy fácilmente, no son capaces de aceptar
equivocaciones o escenarios adversos, y terminan generando situaciones conflictivas.
Dificultad para seguir reglas
Dado que siempre han hecho lo que han querido, los hijos de
familias permisivas suelen tener dificultad para seguir reglas.
Éstas son personas que se han acostumbrado a que están
totalmente al margen de cualquier regulación. No deben rendir cuentas de sus
actos; por lo tanto, pueden hacer lo que les plazca.
Cuando los hijos de padres permisivos se encuentran con un
entorno que les exige seguir ciertas reglas, como el ámbito académico o
laboral, tienden a presentar dificultades para seguir las normas.
Pueden presentar actitudes violentas
En ocasiones, los hijos de familias permisivas terminan
manifestándose de forma violenta ante las personas que les rodean.
Dado que tienen poca resistencia a la frustración y están
acostumbrados a que se cumplan sus deseos de forma sostenida, pueden responder
violentamente, como consecuencia del poco autocontrol que suelen tener.
Esperan que otro solucione sus problemas
En las familias permisivas se acostumbra a los hijos a no
resolver sus propios problemas. Los padres son totalmente protectores, y
resuelven cada complicación que surge en la vida de los hijos.
Como consecuencia de esto, los hijos suelen esperar esta
actitud de todas las personas que les rodean, lo que puede generar relaciones
interpersonales dependientes y conflictivas.
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